El festival L'Boulevard de Casablanca abre su catorceava edición catapultando a la cultura urbana en Marruecos a un referente nacional a pesar de contar con muchos detractores entre los sectores más conservadores del país.
Gafas de sol, gorras de estilo 'hip hop', cadenas en los bolsillos, pantalones anchos y alguno que otro 'piercing' representan el estilo de una generación, que ronda los 25 años, y que constituyen la "nouvelle vague" de jóvenes y músicos.
Cansados de lo tradicionalmente correcto, sienten la necesidad de expresarse a través de un arte independiente recuperando, además, el darija (dialecto marroquí).
L'Boulevard dio el pistoletazo de salida el viernes 15 de septiembre con una jornada de conciertos de Hip Hop en dos escenarios, uno de ellos dedicado a la joya del festival: la competición "Templin", cuyo ganador recibirá un premio de 10 mil dirhams (unos 900 euros/mil 200 dólares).
Aburridos de la realidad social y económica del país, hacen de sus letras un espacio de entretenimiento y de protesta. La marginación juvenil, el paro, la pobreza, el acoso sexual son los temas más recurrentes entre los músicos que suben al escenario y micrófono en mano se dirigen ante la multitud congregada ante las vallas de seguridad que les separan de los artistas.
Pese a las críticas de los islamistas, los organizadores se han mantenido firmes en su apuesta por la cultura urbana y han caminado solos durante años reivindicado espacios para la cultura, hasta que empezaron a recibir ayudas oficiales.
"Recibimos (del monarca) en 2009 y 2011 dos cheques personales de dos millones de dirhams (unos 180 mil euros/239 mil dólares) cada vez", cuenta Mohamed Merhari, conocido popularmente como "Momo", uno de los fundadores del evento y que este verano fue condecorado junto a otros artistas por el rey Mohamed VI.
Para Merhari, "la condecoración supone un reconocimiento" por este trabajo durante todos estos años, en los que han conseguido dar a conocer una música que era marginal.
También los sectores más liberales les han criticado por aceptar que el festival sea "domesticado", pero los protagonistas de esta aventura musical defienden que el espíritu independiente sigue estando intacto y que "nadie" les ha dicho lo que tienen o no que hacer.
Hasta el 22 de septiembre pasarán por los antiguos mataderos de Casablanca -lugar donde se celebra el festival y espacio público dedicado a todas las artes urbanas y contemporáneas- destacadas bandas de Rock Metal y Fusión, así como cantantes de la talla del franco-argelino, Rachid Taha, o la banda musical The Herbaliser, del sello británico independiente, Ninja Tune.
Además de la música, L'Boulevard cuenta con una competición de 'skate' y 'roller', una exposición de grafitis donde se encuentran las obras de cuatro artistas españoles y otros cuatro marroquíes, una zona para representaciones teatrales, un circo al aire libre y un 'souk' (mercado).
Este mercado constituye un espacio de expresión artística y de comercio solidario donde pueden encontrarse desde puestos de camisetas realizadas por artistas o fanzines de denuncia contra el acoso sexual a las mujeres en Marruecos.
Organizaciones de renombre como Transparency Maroc también han visto en el festival una plataforma para hacer llegar su mensaje. Desde el estand que tienen en el festival, invitan a los jóvenes a unirse a un taller en el mismo matadero, donde a través del 'slam' (recitales de 'hip-hop') los jóvenes se plantean los problemas de la corrupción en Marruecos.
Entre los asistentes al festival se encuentra el famoso rapero Muad Belghuat, alias Lhaqed
Sus canciones le llevaron en 2012 a la cárcel donde cumplió una condena de un año de prisión por insultar a la Policía con su tema "Perros del Estado", y en la actualidad, alejado desde hace meses de cualquier polémica, está inmerso en un nuevo disco que verá la luz en 2014.
"Que el L'Boulevard permanezca es algo bueno. Lo que le hace particular es la existencia de un espacio para la creatividad de la gente y un lugar de encuentro ", afirma Lhaqed.
Sin embargo, el joven rapero reprocha a los músicos participantes que "no evoquen los asuntos serios y la verdadera realidad de Marruecos".
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