Es el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, el escenario admirado y codiciado por todo folklorista, es el resultado del trabajo constante de su pueblo con el objetivo de facilitar la apertura del mismo al país y al exterior. Un propósito, sin lugar a dudas, ampliamente superado.
Fue por 1959, al momento de conmemorarse el día de Nuestra Señora del Rosario Patrona de Cosquín, que nació la Comisión Municipal de Turismo y Fomento, hoy convertida en la Comisión Municipal de Folklore. Apenas dos años más tarde (1961) Cosquín ya era testigo del mayor encuentro de folkloristas argentinos, y desde entonces la segunda quincena de enero quedó institucionalizada como el tiempo del Festival de Cosquín.
Congregando bailarines, cantores y músicos a lo largo de nueve noches veraniegas, la Plaza Próspero Molina se viste de fiesta y el escenario Atahualpa Yupanqui vibra al ritmo de la música popular. Pero no son sólo las nueve lunas testigos de esta congregación multitudinaria, sino que durante todo el día la ciudad ofrece a sus turistas interesantes eventos culturales.
La primera edición del Festival de Cosquín se realizó entre el 21 y el 29 de enero de 1961 sobre la ruta nacional nº 38 cortando la misma con un escenario de material. La iniciativa provino de un grupo de habitantes de la ciudad, que decidieron organizar un espectáculo folclórico durante las vacaciones de verano, con el fin de atraer el turismo. La convocatoria y la presencia de artistas de renombre de todo el país como fundadores en 1960 se destacan el salteño Jaime Dávalos y el oriental Aníbal Sampayo estos y otros superaron todas las expectativas y el festival se transformó en el acontecimiento folclórico anual más importante del país argentino y uno de los más importantes de América Latina y el Caribe.
En todo el país se ha hecho famoso el grito «¡Aquí Cosquín, Capital Nacional del Folklore!», con que se inicia cada edición del festival. En 2001 se construyó un nuevo escenario, con una boca de 50 metros de largo, 6 de alto y 830 m² de superficie. El escenario puede girar 180° para hacer más rápido la sucesión de los artistas.
Con esta infraestructura, Cosquín tiene en la actualidad uno de los escenarios más grandes de América Latina. En total, el anfiteatro tiene una capacidad de casi 10.000 espectadores, de los cuales 7.800 permanecen sentados en las butacas del campo central y 2.000 personas se ubican en las dos tribunas laterales.
El escenario lleva el nombre de Atahualpa Yupanqui, máximo folclorista argentino y gran animador del festival desde sus inicios, y la plaza en que se realiza lleva el nombre de Próspero Molina (1827-1889), uno de los pioneros de Cosquín.
Abel Pintos en la quinta luna de Cosquín del año 2013
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